El «#reduccionismo» en las empresas es mi temor en el sigo XXI.
Tomo este ejemplo por que es el que tengo a la mano, sin embargo si quiero platicar un poco de este tema. A pesar de que el reduccionismo es mucho más complejo (quizá peco de reduccionista tambien), tratar de encajar una visión completa en un video de 3 minutos o un escrito de 140 caracteres es imposible. De ahí surge mi problema con este tipo de manipulación de la realidad.
Así como el Síndrome de Estocolmo no solamente es un tema de «aprender a respetarse», las organizaciones, empresas y emprendimientos no pueden seguir reduciendo su concepción del éxito, del crecimiento organizacional o el desarrollo de empleados. Todo esto tiene o debe tener una carga mayor a lo que a simple vista pensamos trabajar bajo estos enfoques.
Un gran amigo mío experto en temas de organización comenta lo siguiente: Quieres crecer ¿y para qué? ¿Estás listo emocionalmente para ello? ¿Sabes cuales son los retos que implica?. Este marco de pensamiento se contrapone a lo que todos los emprendedores queremos escuchar que es: para crecer necesitas «X» o «Y» fórmula para llegar al «éxito»; sin embargo tu contexto, servicios, productos, presupuesto, por lo menos, se puede contraponer de manera importante a esas metodologías reduccionistas.
Ahora, el coaching es vital, oidme bien, VITAL para el fortalecimiento de una empresa, del empresario y del equipo. Sin embargo debemos de tener en cuenta una variable muy importante, y es que el coach, debe saber manejar un enfoque sistémico, es decir, tener en cuenta que el conjunto o lo que otros filosofos llamarían «el todo» es más importante en una organización que el siemple hecho de tener una «fórmula mágia» para resolver problema.
El mismo enfoque aplica en terapeutas, equipos de venta, equipos administrativos, almacenes etc.
Y a ti ¿Qué enfoque te gustaría implementar en tu organización?
